Séptimo arte
El mundo del cómic es algo que me cautivó ya "desde chiquitito" (como dice mi amigo Sergio).
Desde "Mortadelo y Filemón", "El botones Sacarino" y "Chicha, Tato y Clodoveo" (de la revista Guai!) del maestro Ibáñez, pasando por "Mafalda" de Quino o "Garfield" de Jim Davis o "Calvin and Hobbes" de Bill Watterson, y sin olvidar mis épocas "CIMOC" (una revista de cómics que no faltó en mi mesita de noche), superhéroes y manga; hasta "Spawn" de Todd McFarlane y "The Creech" de Greg Capullo. Junto con la genialidad del trazo del autor erótico por excelencia Milo Manara, y otros muchos que me dejo en el tintero (de momento) forman el conjunto de dibujantes y cómics que más me han influido, gustado, entretenido, animado, entusiasmado, cautivado... y un laaaargo etcétera.
Y es que nadie puede negar que el cómic es un arte, y que el arte enamora.
¡Oh cielos! ¡Olvidé "El Jueves"! No me lo hubiera podido perdonar... lo siento bufón. ;)